En cada casa norteña no faltan los dulces en almíbar. Uno de los preferidos es el cayote, para comer solo, con quesillo o con esta crema helada de nuez
Se trata de una torta húmeda en base a miel que trae un ingrediente sorpresa: el yacaratiá. Se trata de una madera comestible, única en su tipo en el mundo.
Una muestra de clásicas recetas de pastas aggiornada a la nueva cocina son los sorrentinos de trucha, imperdibles acompañados con un buen vino.
A la hora de acompañar el Fernet, nada mejor que unos pinchitos de salames, adornados con pimientos asados. Hay una única contra: uno sabe cuándo empieza a comerlos pero su final es impredecible.
La cazuela de guanaco es una excelente opción para disfrutar de esta carne que, aunque autóctona, no es muy conocida. El pan de campo con chicharrones de panceta que la recubre acompaña adecuadamente este plato.
Las papas asadas son una buena base para acompañar con chorizo colorado, cebolla y huevo. Es una opción diferente para saborear ingredientes básicos de la clásica tortilla.
De la vaca, en esta región se consume absolutamente todo. La cazuela de rabo y mondongo es un claro ejemplo. Requiere tiempo para prepararla y para disfrutarla, junto con un buen Cabernet.
“Este libro, que es un gran mapa de sabores de regiones argentinas a visitar, es rico y variado.”
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