Como tapa o entrada, un pincho de provoleta y tomate confitado es una gran opción. Combina el sabor del queso derretido con el que el aporte fresco del tomate.
para 8 porciones
c/n | ACEITE DE OLIVA |
1 kg. | TOMATES PERITA |
c/n | SAL |
c/n | PIMIENTA |
500 g. | QUESO PROVOLETA |
Sumergir los tomates perita en agua hirviendo durante unos segundos, enfriarlos en baño María inverso. Pelar. Cortar en cuartos y retirarles las semillas. En una placa con silpat, llevar a un horno bajo con un poco de aceite de oliva, sal y pimienta y cocinar hasta que estén tiernos pero que no se desarmen. Reservar. Cortar en cubos de 2 centímetros el queso provoleta. En una sartén con un chorrito de aceite de oliva, sellar todas las caras del cubo de queso.
Emplatado Ir alternando en palitos de brochette, un cubo de queso con un cuadrado de tomate confitado. Decorar con brotes de albahaca
La provoleta es en realidad el queso provolone hilado argentino. Su forma “tronco-cónica-alargada” permite que se lo corte en rebanadas circulares y se lo cocine a la parrilla. Fue ideada por un calabrés radicado en la Argentina, Don Natalio Alba. Las originales son de leche vacuna, pero también ahora las hay de cabra y de oveja, de sabor más intenso.
“Este libro, que es un gran mapa de sabores de regiones argentinas a visitar, es rico y variado.”
Conocé más sobre el libro original.
Acerca del libro