Los alfajores de Córdoba se hicieron famosos y son leyenda. Provienen de antiguos recetarios de las hermanas Carmelitas y muchos de los más reconocidos se elaboran con los dulces de frutas de la región.
para 6 porciones
| 3 unidades | HUEVOS |
| 50 g. | MIEL |
| 150 g. | MANTECA POMADA |
| 150 g. | AZÚCAR |
| 12 g. | POLVO DE HORNEAR |
| 500 g. | HARINA 0000 |
COBERTURA
| 200 g. | AZÚCAR IMPALPABLE |
| 30 ml. | AGUA TIBIA |
RELLENO
| 300 g. | DULCE DE DURAZNO |
Colocar la harina mezclada con el polvo de hornear en un cernidor. Reservar. Batir la manteca con el azúcar y la miel hasta lograr una crema, agregándole los huevos de a uno por vez. Cernir sobre la mezcla los ingredientes secos y formar un bollo sin amasar. Refrigerar por 30 minutos en la heladera. Luego estirar la masa de un grosor de medio centímetro y cortar tapas de 4 a 5 centímetros de diámetro. Llevar a horno a 180ºC por 8 minutos sobre una placa enmantecada y enharinada. Dejar enfriar sobre una rejilla. Unir dos tapas con algún dulce ya sea de frutas o de leche. Bañar con el glasé de azúcar impalpable y agua tibia.
Estos alfajores pueden bañarse con chocolate .
La costumbre de disfrutar de los alfajores se arraigó en diferentes provincias. Se sostiene que las damas antiguas los preparaban rellenos, siempre con dulces caseros, siguiendo antiguas fórmulas heredadas de los conventos.
“Este libro, que es un gran mapa de sabores de regiones argentinas a visitar, es rico y variado.”
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